Recientemente el gobierno de Dina Boluarte tuvo a bien observar la Ley que retiraba los octógonos negros de los productos que contienen fórmulas para bebés. El Congreso aprobó por unanimidad dicha normativa en base a intereses económicos, pero ahora que el tema se ha puesto en discusión pública parece que muchos han cambiado de parecer. ¡Típico!
En 2013 inició el esfuerzo por etiquetar los productos según su nivel de azúcar, grasas, sodio y otros componentes, como una manera de alertar a los consumidores de lo que estaban comprando. Era evidente que la industria alimenticia mostraría una fuerte oposición a cualquier cosa que pudiera repercutir ligeramente en su volumen de ventas, aunque se trate de una minúscula protección a la salud pública. Por tanto, la iniciativa estuvo congelada hasta 2017, cuando el gobierno de Martín Vizcarra decidió reglamentar su aplicación.
¿Lo hizo en un intento de proteger la salud de los ciudadanos? Más bien fue por el escándalo de “la leche que no es leche” que estalló cuando Panamá prohibió Pura Vida, producto “lácteo” del Grupo Gloria, en su país debido a que no cumplía los estándares mínimos establecidos para la salubridad pública. Básicamente no era leche. Los reguladores internacionales exigieron al Perú establecer un control más exhaustivo de sus productos. Así fue como, no sin un gran debate e innumerables intentos de sabotaje, aparecieron los octógonos negros que hoy vemos en todos los productos envasados.
Entonces, ¿Qué pasa con las Fórmulas para bebés? Pues bien, estos productos también están dentro de la Ley N° 30021, ley de la alimentación saludable, pero desde el principio muchos han advertido que esto no tiene razón de ser, ya que dichas fórmulas se caracterizan por tener altas concentraciones de productos químicos precisamente para suplir o contribuir al desarrollo infantil. Ese es el argumento central que esbozaron en su iniciativa legislativa las congresistas de Alianza Para el Progresos (APP), Elva Julón y Rosio Torres (una de las famosas mochasueldo y cuyo padre fue arrestado hace poco luego de permanecer 20 años fugitivo), La iniciativa fue aprobado por unanimidad, con 107 votos a favor, cero en contra y una abstención, pero ahora que ha sido observada por el gobierno muchos congresistas han caído en cuenta que quizás no debieron votar por dicha autógrafa.
Desde el inicio se denunció que dicha excepción en los productos de fórmulas para bebés podría constituir un riesgo para la salud pública y contra los derechos de los niños y adolescentes. El abogado Jaime Delgado denunció en su momento que existe un “lobby que favorece a las grandes empresas farmacéuticas” detrás de la aprobación de esta iniciativa.
“Han aprobado una ley excluyendo de la obligación, a estas empresas que producen esas fórmulas para bebés, la colocación de octógonos, pese a que son full azúcar. Y eso que a pesar que la ley de alimentación saludable estableció la obligación de colocar a todos los productos” dijo el abogado experto en derechos del consumidor.
Así mismo, recordó que el MINSA ya había publicado un reglamento que exoneraba a las fórmulas para bebes de los octógonos negros, pero el Poder Judicial lo dejó sin efecto en 2021 tras una acción popular. No es la primera vez que intentan atentar contra la salud de los niños.
Entre los fundamentos del gobierno para observar la norma se encuentran la vulneración a las acciones que llevan a cabo para proteger a los niños y adolescentes, por lo que exhortaron a que no se exonere de la etiquetación tales productos. Ahora el congreso tiene la opción de aprobar la ley por insistencia o mandarla al archivo. Con el revuelo que se ha formado esperamos que el Congreso tenga la sensatez política (porque pedir su buena voluntad sería pecar de inocente) de archivar dicha ley. Recordemos que fue aprobada en un inicio sin ningún solo voto en contra. ¿Cómo pinta esto a los padres de la patria? Finalmente, repasemos uno de los argumentos del proyecto 1941 presentado por Torres y promovido por Julón. Esta dice que dicha iniciativa “busca garantizar que el Estado peruano proteja la salud de las poblaciones vulnerables, de niños, niñas, adolescentes, personas adultas mayores y pacientes con necesidades o trastornos particulares, entre otros, demandantes de fórmulas especiales para su alimentación” ¡Qué sinsentido!
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