Fueron presionados por sus superiores para cruzar caminando el río Ilave, en Puno. Pobladores aimaras salieron en su rescate, pero ahora son culpados por el mando militar de ser los causantes de la tragedia.
Al menos cuatro militares resultaron muertos al intentar cruzar el cauce del río Ilave, en Puno, el domingo 5 de marzo. Ello tras ser ordenados de cruzar caminando el cauce por sus superiores. Otros 5 permanecen en cuidados intensivos al presentar neumonía como consecuencia de sumergirse en las aguas. Además, hay otros 3 soldados aun desaparecidos.
El incidente se registró luego de que los militares fueran exigidos por los pobladores aimaras de abandonar la zona que ocupaban. Habrían recibido la orden de su capitán de nadar al otro lado del afluente cuando la corriente los engulló. Medios de prensa llegaron al lugar de los hechos cuando pobladores locales habían logrado sacar algunos del agua.
Una guerra en Puno…
La región de Puno se encuentra militarizada desde hace dos meses. Así lo decretó el gobierno de Dina Boluarte en un intento por “pacificar” la zona donde se han sucedido algunas de las movilizaciones más fuertes en el país. El 9 de enero pasado se presentó una de las cifras más escalofriantes en los últimos años: 19 personas fallecidas durante la represión policial y militar.
Las investigaciones periodísticas apuntan a que las victimas habrían caído ante el fuego de los militares; es decir, se trataría de ejecuciones extrajudiciales, delitos de lesa humanidad por los que hasta ahora nadie ha respondido. A pesar de ello, Dina Boluarte y su premier Otárola no han dejado de alabar el profesionalismo de las fuerzas del orden.
Un día antes del incidente del río, el sábado 4 de marzo, grupos de ciudadanos se enfrentaron violentamente a los policías y militares. Como resultado, fueron quemados varios edificios públicos, entre ellos comisarías y una sede del Poder Judicial. Todo a raíz de los vídeos publicados el día jueves en los que se ve a policías, sin motivo alguno, disparar bombas lacrimógenas a madres puneñas con bebés a sus espaldas.
La indignación llegó a niveles insospechados luego del comunicado del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Lejos de denunciar el evidente abuso de autoridad e irracional uso de violencia, optó por recomendar a los manifestantes que no lleven a sus hijos a las marchas. ¿Acaso esperan que las madres puneñas contraten niñeras mientras viajan a la capital para ejercer su derecho constitucional a la protesta?
Peor aún, el Ministro de Educación comentó: “ni los animales exponen a sus hijos así”. ¿Debemos suponer que en el Perú las manifestaciones pacíficas equivalen a represión injustificada y por tanto si un infante resulta lastimado es culpa de la madre y no del policía que dispara?
Contradicciones en el incidente del río Ilave
A pesar de todo lo anterior, han sido los mismos pobladores aimaras quienes se arrojaron al río para rescatar a los militares que se estaban ahogando. Fueron ellos quienes los llevaron cargando al hospital y siguen buscando hasta ahora a los desaparecidos. No obstante, eso no ha impedido al mando militar emitir un comunicado culpándolos a ellos de la muerte y desaparición de los soldados.
Uno de los soldados fallecidos era Juan Canaza Cahualla. Su padre, Samuel Canaza Espinoza, teniente gobernador en la provincia de Chucuito, salió en un video responsabilizando a Dina Boluare de la muerte de su hijo: “Esta culpa tiene la presidenta Dina, ¿hasta cuándo? Tiene que dar un paso al costado. Por causa de este Gobierno, que no quiere retroceder, que no quiere dar un paso al costado, por eso, el culpable es el Gobierno”
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