Dina Boluarte no solo rechazó haber recibido dinero de Henry Shimabukuro y del empresario Eduvigis Beltrán bajo el concepto de “Aporte de Campaña”, sino que, cual Pedro de los Apósteles, negó tener cualquier tipo de relación con el ex asesor presidencial, ni siquiera conocer, y más de tres veces. De hecho, insiste en culpar a Pedro (Castillo), aún en el Penal de Barbadillo, de las muertes y casos de corrupción que ha ocurrido en los últimos 4 meses.
Durante la ceremonia de lanzamiento de la Semana Santa denominada “Ayacucho Vive tu Fe 2023”, Dina Boluarte dedicó parte de su tiempo a responder las acusaciones de corrupción que pesan en su contra. La ceremonia, por cierto, no se celebró en Ayacucho, donde su aprobación y la del Congreso de la Republica están por los suelos, sino en un local del distrito de San Borja. Tiene sentido. No quisiéramos que tuviera que lidiar con la “opinión popular” como le pasó al Henry Rebaza, Viceministro de Salud quién fue atacado mientras tomaba vino en un restaurante de ese distrito (su ministra, por cierto, estaba de paseo en Washington D.C. mientras el Ciclón Yaku ataca el norte del país). O, peor aún, lo que le pasó al congresista Edwin Martínez en Arequipa quién terminó a golpes con un manifestante en vivo y en directo.
Como sea, Dina aprovechó la oportunidad para rechazar las acusaciones de corrupción que se han levantado en su contra, así como volver a culpar al ex presidente Pedro Castillo, todavía preso en el Penal de Barbadillo, de todas las desgracias habidas y por haber en el Perú. Esto con relación a las declaraciones lanzadas por Maritza Sánchez Perales y el ex asesor presidencial, Henry Shimabukuro, recientemente detenido por la policía y el Ministerio Público por integrar la presunta organización criminal de la que haría parte el empresario apodado “El Español” y liderada por el ex mandatario oriundo de Chota, Cajamarca.
Shimabukuro declaró, hace más de una semana para el medio El Foco, haber presenciado la entrega de parte de Eduvigis Beltrán, empresario peruano y dueño de Conserva Beltrán, de 150 mil soles bajo el concepto de “Aporte de Campaña” para Dina Boluarte, aunque dicha campaña ya había terminado en ese entonces. El hijo de Eduvigis, William Beltrán, dueño de la empresa Corporación Beltrán Espinoza, se habría beneficiado con jugosos contratos con el Estado por la suma de 915 mil soles, luego de que Dina Boluarte tomara la cartera del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Antes de ella, Beltrán facturaba solo 5 mil soles al año.
Sin embargo, fueron las declaraciones de Maritza Sánchez, brindadas para Cuarto Poder, la que hicieron estallar la polémica. Según Sánchez, Shimabukuro habría cubierto los gastos de campaña de Dina por un valor de 800 mil soles, luego de conocerse en el Club Departamental Apurímac, momento desde el cual se hicieron cercanos.
Dina lo niega todo. “Lo que la señora Sánchez dijo esa noche tendrá que probarlo. No me consta que el señor Shimabukuro haya dado un solo sol ni para el Club Departamental Apurímac, ni para absolutamente nada”, fue lo que dijo la actual mandataria. La señora Sánchez, como la llama ahora, era la asistenta personal de Boluarte, y habría mantenido extensas conversaciones con Shimabukuro sobre gestiones relacionadas a la campaña del 2021.
Dina se habría movilizado varias veces en un auto Toyota Lexus de placa BAU158, propiedad de la empresa Kuroshima Ingeniería y Construcción EIRL, propiedad del ex asesor presidencial. También habría costeado los escenarios que sirvieron para realizar mítines en Cusco y Arequipa, así como financió al equipo de mujeres denominado “Comando de mujeres Dina Boluarte”, una portátil publicitaria. También compró los boletos de avión de Dina y otros acompañantes con destino a Cusco, y pagó las tasas de 15 trámites ante el Jurado Nacional de Elecciones. ¿Nos quiere hacer creer la actual mandataria que no sabía quién pagaba por todo esto?
“Esta señora (Maritza Sánchez) y el señor Shimabukuro fueron enviados al grupo de personas que me acompañaba en la caminata de la campaña. Yo los he tenido que retirar porque desde siempre supimos que no eran personas idóneas” dice Boluarte. ¿Entonces sí conocía a Sánchez y Shimabukuro? ¿Y si los tuvo que retirar como dice, por qué incluyó a Shimabukuro en su lista de invitados para recibir el flash electoral de la segunda vuelta en el local del partido en Paseo Colón? ¿Por qué luego lo invitó a su cumpleaños, como demuestran las fotos? Parece que Dina Boluarte verdaderamente vive en una realidad paralela.
“No podrán doblegarme. Vamos a resistir en respeto a la democracia, al Estado de derecho y a la institucionalidad. Ahora pretenden, con manotazos de ahogado, involucrarme en actos que sí lo cometieron ellos” dijo la mandataria, en relación a la supuesta autoría de Pedro Castillo tras todas estas acusaciones. No solo lo culpa de haber orquestado la muerte de todos los civiles en los meses de protestas, a través de los “ponchos rojos”, agentes bolivianos y el dinero del narcotráfico, sino también de haber “sembrado” su entorno de personas con mala reputación para manchar sus “manos limpias”, como le gusta decir. Ya tan solo falta que lo culpe de provocar el Ciclón Yaku.
De hecho, ya lo culpó de no haber hecho nada pese a tener los informes del SENAMHI desde septiembre del año pasado, lo cual, dentro de todo, es verdad, pero no borra el hecho de que la misma Dina era parte de ese gobierno. También tuvo varios meses de preparación antes de las lluvias y los huaicos, tiempo en el que no se hizo absolutamente nada. Finalmente, ella es la que está al mando del Poder Ejecutivo, al menos eso se supone.
“Mi gobierno seguirá apostando por el diálogo, el entendimiento, la reconciliación y la paz social. Sobre la base de la transparencia, el reconocimiento de los errores que se pudieron haber cometido y la verdad” finalizó la actual jefa de Estado, asegurando que pronto se castigará a los que se hallen responsables de la muerte de los civiles durante las protestas de los últimos meses. ¿Y qué pasará con ella?
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