Famoso influencer apodado Makanaky confesó en una entrevista en vivo que habría participado en la violación sexual de una menor de 15 años, declaraciones que despertaron la indignación de muchos en las redes sociales. El caso, que ya está siendo investigado por la la Fiscalía de la Nación, deja al descubierto nuestra retorcida cultura retrograda que normaliza y promueve el acoso, abuso y violencia sexual contra mujeres y hombres, y nos hace preguntarnos qué tan lejos estaremos de desterrar esta maligna idiosincrasia.
Einer Gilbert Alva León es conocido en redes sociales como “Makanaky, la realeza”, un bizarro “personaje” que se volvió muy popular para jóvenes y adultos en TikTok, al menos así era hasta el domingo 26 de marzo. Durante una entrevista que le hacía el ex boxeador Jonathan Maicelo para su canal de Youtube, este preguntó a Einer Alva sobre su primera experiencia sexual, a lo que Makanaky, con total normalidad, contó cómo había participado de lo que habría sido la violación de una chica de 15 años hace casi dos décadas.
“Fue cuando estaba en el colegio. Me dijeron si quería ‘debutar’ y como estaba nervioso dije no. Fue a los 15 años, una chibola, pero ella no quiere me dijeron, pero a la fuerza lo vamos a hacer. Ella no quiso dejarse y como mis amigos son fríos de fríos, la cogieron” reveló el influencer sin, aparentemente, darse cuenta de que lo que estaba confesando.
Cuando el entrevistador le hizo ver que había violado a esa chica, Makanaky respondió riéndose, restándole importancia e ignorando el tema. Luego culpa a sus amigos, incluso a la “chibola, que se dejó a las finales, se dejó”. Las reacciones de los internautas no se dejaron esperar y en menos de 24 horas lo hicieron “leña”, como él mismo diría al día siguiente, en un vídeo subido a sus redes sociales. En él, Einer Alva pediría disculpas y diría que todo había empezado como una “broma, pero se ha convertido en una bromaza”.
El revuelo terminó llamando la atención de las instituciones públicas encargadas de velar por los derechos de las mujeres. La Defensoría del Pueblo rechazó las declaraciones y exigió a la Fiscalía de la Nación abrir una investigación contra el famoso Influencer. Al mismo tiempo, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables publicó un tweet en el que rechazaban “…cualquier justificación e instigación del delito de violación sexual”, en relación a las controvertidas declaraciones.
“En mi caso fue una pregunta simple y él respondió con otra cosa. Yo no le pregunté a cuántas mujeres violaste, sino sobre su primera experiencia sexual y no me imaginé que fuera de esa forma” declararía Jonathan Maicelo también al día siguiente, al ser cuestionado por su reacción durante la entrevista.
Lo cierto es que Makanaky nunca ha estado exento de polémica desde que apareció en abril del 2022. Su primer acto consistió en él completamente desnudo haciendo acrobacias en una bicicleta durante un paro masivo de transportistas. Luego, cuando las visitas y seguidores se acumularon en sus redes sociales, lanzó su primera canción, titulada muy apropiadamente como “Puto adulterio”. El contenido subido de tono que lo caracterizaba lo llevó a ser fichado por InkaProductions, la productora peruana de películas pornográficas de las cuales dos fueron protagonizadas por “la realeza”. Makanaky ha aparecido en videos promocionando toda clase de negocios, pero hoy dudamos que alguien quiera volver a tener su nombre asociado al suyo. Él es, finalmente, un bufón moderno, uno que nos hace preguntarnos qué tanto estamos dispuestos a ceder en nuestros valores y principios como para normalizar una situación de violación sexual.
La cultura de la violación sexual en el Perú
¿Cómo es posible que alguien pueda hablar de violar a una chica durante una entrevista en vivo con total tranquilidad? ¿Tan grande es la brecha que separa los valores modernos de la llamada “marginalidad”? Esto solo nos puede indicar lo normalizado que se encuentran ciertas conductas en nuestra sociedad, pese a toda la lucha que ha tenido lugar en los últimos años para visibilizar los casos de millones de víctimas en todo el mundo. Es lógico; se nos ha inculcado desde la cuna la idea de una sociedad que funciona en base al poder y sometimiento, y no al respeto y el consentimiento.
En el Perú, sobre todo, los roles de género han estado muy marcados por generaciones. Durante décadas de cine y televisión, la figura de la mujer fue poco más que el de un objeto de deseo sexual por parte de los hombres. Los personajes homosexuales o transexuales estaban reservados para la comedia más burda posible. Pero no es necesario ir tan atrás para reflexionar sobre este tema. Hace un año, los comediantes Ricardo Mendoza y Norka Gaspar generaron una gran polémica a raíz de una serie de bromas que vertieron sobre un caso de acoso sexual que sufrió una persona sordomuda y una menor de edad en el transporte público. Anotemos que ese año se reportaron 17 mil casos de violencia contra la mujer.
Por mucho tiempo nos ha parecido divertido, normal y cotidiano el burlarnos de las víctimas de abuso. Hasta hoy nos cuesta tomarnos en serio a personajes como Makanaky, solo uno más del reparto de extravagancias que ofrece la farándula del Perú, y seguimos aplaudiendo y celebrando sus acrobacias, sin preocuparnos realmente por la salud mental de todos los peruanos.
¿Cómo está regulada la violación sexual en el Perú?
En los últimos años hemos recibido varias leyes que buscan mejorar la protección de las víctimas en caso de acoso o violencia sexual. Tal es el caso del D.L. N° 1410 del 2018, que incorpora los tipos penales de acoso sexual, chantaje y difusión de material audiovisual con contenido sexual, necesarios en el Perú desde hacía años. También en 2019 se publicó el D.S. N° 014-2019-MIMP sobre el Reglamento de la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual en el Trabajo, norma muy necesaria, pero como siempre, el Perú estaba llegando tarde comparados con todos nuestros vecinos latinoamericanos.
Para el caso de la violación sexual, tenemos la Ley N° 30838 que modificó varios artículos del Código Penal. Ahora los delitos de violación sexual, trata de personas, proxenetismo y otros relacionados son imprescriptibles. Es decir, sin importar los años que hayan transcurrido, las victimas podrán denunciar a sus agresores y estos podrán recibir una pena por su crimen. Para los casos de violación de menores de 14 años, la pena puede ser la cadena perpetua de cárcel.
De esta forma se busca que las personas que sufrieron abusos de menores y no pudieron denunciar en su momento, sea por la razón que sea, puedan hacerlo ahora sin toparse con las barreras de la prescripción y la caducidad.
“A veces, las personas no están preparadas mentalmente para darse cuenta de que ese hecho del que fueron víctimas se trata de un delito. Es un proceso interno muy profundo. Primero, de reconfiguración de esos hechos. Y, después, de años de terapia para animarse a denunciar” dijo Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) en España.
Sin embargo, solo el testimonio de la víctima no es suficiente para conseguir una pena en estos casos en los que han transcurrido años, ni siquiera en los que han transcurrido hace meses. Por ello, es necesario recopilar las pruebas necesarias, tales como testimonios de testigos u otras víctimas, exámenes psicológicos de la víctima, registros que sitúen al agresor en el mismo lugar que la víctima, etc. Aun así, siempre primará la presunción de inocencia para los acusados, para bien y para mal. Pero si no podemos dar justicia a las víctimas de abuso y violación mediante la imposición de penas, debemos hacerlo desde la prevención, para evitar que aparezcan nuevas víctimas. Y para ello debemos desterrar la cultura que convierte la violación de una chica de 15 años en un recuerdo agradable digno de ser contado en una entrevista en vivo.
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