“¡Rappi no paga, Rappi estafa!” es lo que gritaban cientos de trabajadores de la empresa por aplicativo Rappi, montados en sus motocicletas, mientras recorrían varias calles de Lima el día de ayer, lunes 15 de mayo. ¿El motivo de tan surrealista procesión? Protestar por los bajos salarios que reciben y las indignas condiciones laborales que padecen como repartidores. Algunos de los manifestantes expresaron que a veces deben recorrer 5Km para recibir menos de 5 soles como pago. Lo que comenzó como el trabajo del futuro se ha convertido en la explotación del presente.
Son 12 mil trabajadores independientes los que se encuentran actualmente laborando con Rappi, la empresa por aplicativo que se especializa en entregas y envíos, un modelo de negocio que se esparció por toda Latinoamérica, pero que ha comenzado a tambalearse. No solo es que el 90% de sus trabajadores no estén informados de sus derechos y condiciones reales de trabajo, sino que lo que perciben es verdaderamente dramático.
Resulta que un trabajador promedio de Rappi recibe S/. 2.80 como pago por recorrer entre 3 y 5 kilómetros. La inmensa mayoría no superan los S/. 10 por envío, sin importar la distancia. Una remuneración tan baja obliga a un gran número de horas de trabajo, lo cual implica mayor gasto en gasolina y mantenimiento de su principal instrumento: la motocicleta, ya que todo es a cuenta de los trabajadores; la empresa no asume nada. Esto es aún más grave si consideramos la nueva opción “económica” que Rappi había creado y con la cual un solo repartidor puede recibir 3 pedidos por el pago de un único S/. 1. Y todo esto a pesar de que, según Spencer Friedman, gerente de la compañía en Perú y Ecuador, 2022 fue el mejor año de su historia.
Fue por ello que finalmente, mediante convocatorias en redes sociales, los trabajadores de Rappi salieron a protestar el día de ayer, lunes 15 de mayo. La movilización, en la que todos montaron sus motocicletas y las maletas características de la compañía, partió del Magdalena del Mar y cubrió distintos distritos limeños. Esta no es la primera protesta peruana contra la empresa de repartidores, y mucho menos la primera en el continente, ya que en Bogotá, Colombia, se registraron manifestaciones masivas ante el Ministerio de Trabajo hace tan solo unos meses. Y es que desde hace un tiempo se ha fortalecido un espíritu contestatario que reclama por una mejor repartición de las ganancias y una programación más realista en el tiempo de entrega de los pedidos.
La manifestación, que protagonizó varios videos en Youtube y TikTok, terminó llamando la atención de la empresa Rappi, quienes emitieron un comunicado indicando que respetaban la protesta pública y pacífica, además de que se les informó a los trabajadores sobre “ciertos ajustes” en sus salarios. Finalmente recalcó que estaban prestos para dialogar ante cualquier malestar, lo cual contrasta con los intentos fallidos de comunicación que durante meses llevaron a cabo los dirigentes de los trabajadores motorizados. Rappi ni siquiera ha querido ser parte del Fairwork Perú donde se discuten mejores condiciones entre la aplicación y los repartidores.
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